jueves, 21 de febrero de 2013

Escenas y Diálogos #5 (Parte 1)

Hola a todos :)! para continuar con mi entrada anterior que fue una reseña, y como ya casi no escribía nuevas entradas, les escribo esta. La dividiré al igual que el Escenas y Diálogos de orgullo y prejuicio, en dos partes debido a la gran cantidad de escenas tomadas. Y eso, espero que les guste :D...





Puro de Julianna Baggott




-No lo sabía. Toma, quédate con los tubérculos y la mariposa.
-No -rechaza Kepperness mientras se guarda el juguete en un bolsillo interior del abrigo-. Vi a tu abuelo no hace mucho. Tampoco esta muy allá. Todos tenemos a alguien. Un trato es un trato.
No sabe que decir, el hombre tiene razón  todos tienen a alguien que se ha muerto o se esta muriendo. Pressia asiente y dice:
-Vale. Lo siento mucho.
Kepperness, que ha vuelto a echar cajas a la carretilla, sacude la cabeza.
-Todos lo sentimos mucho.
(Pressia y Kepperness, página 39)




Da la impresión de que la está ridiculizando.
-Yo no soy la que miro hacia atrás. ¡Eres tú quien va por ahí dando clases de historia!
-Solo miro hacia atrás para que no cometamos los mismos errores.
-Como si fuéramos a tener ese lujo -replica Pressia-. Espera, ¿es eso lo que planeas con tus clases?, ¿una forma de infiltrarte en la ORS, de acabar con la Cúpula? -La chica le tira el trozo de papel al pecho y se dirige hacia Halpern-. Abre la puerta -le ordena.
Halpern la mira confuso.
-¿Que? Pero ¿se cierra?
Pressia vuelve la vista a Bradwell.
-Te crees muy gracioso?
-No quería que te fueses. ¿Que tiene eso de malo? -le responde Bradwell
(Pressia, Bradwell y Halpern, página 61)




-¿Sabes una cosa? Tú también eres de una clase -dice Pressia.
-¿De cuál?
No sabe que decir; nunca ha conocido a nadie como el. Los pájaros de su espalda parecen intranquilos, las alas se agitan bajo la camisa. Los ojos del chico parecen rumiar algo, la mirada es intensa.
-Eres un chico listo, seguro que lo averiguas tu solito.
Mientras sube la escalera Bradwell le dice:
-¿Te das cuenta de que acabas de decir algo bueno de mí? Ha sido un cumplido, todo un piropo.
Aquello no hace sino enfadarla aun mas.
-Espero no volver a verte nunca. ¿Te ha gustado ese piropo?
(Pressia y Bradwell, página 62)




-¿Me has traído a un Puro?
La chica asiente.
-Vamos a ver, sabía que eras distinta, pero...
-De cierta clase, ¿no?
-Al principio lo pensaba, pero luego me insultaste.
-Yo no te insulté.
-Si lo hiciste.
-No, eso es mentira, simplemente no me gustó tu forma de clasificarme. Y te lo dije. ¿Eso es lo que crees siempre que te corrige alguien?, ¿que te están insultando?
-No, es que...
-Y luego les das un regalo de cumpleaños cruel, para recordarles lo que piensas de ellos.
-Creí que te gustaría el recorte. Solo pretendía tener un detalle contigo.
Pressia se queda callada un momento y luego dice:
-Ah, bueno, pues gracias.
-Eso lo has dicho antes, pero supongo que era con sorna.
-Puede que no estuviese siendo del todo sincera...
-Ejem, perdonadme... -interviene Perdiz.
(Pressia, Bradwell y Perdiz, página 139)




Hace tanto tiempo que no utiliza sus buenos modales que no está segura de si ha contestado bien o no. El abuelo intentó enseñarle modales cuando era pequeña porque así lo habían educado a el. La madre de este le decía de pequeño: "Por si alguna vez tienes que comer con el presidente". Era como si, a falta de presidente, la buena educación ya no estuviese justificada.
(Pressia en la casa de Ingership, página 247)




-Como dice Ingership: "La Cúpula es buena, nos vigila como el ojo benevolente de Dios. Y ahora nos pide algo a ti y a mi, y nosotros le servimos".
Il Capitano no puede evitarlo y se echa a reír.
-Ah, me he estado equivocando todos estos años. Ajá. Que estúpido por mi parte, ¿verdad? La Cúpula no tiene nada de malo. Y nosotros toda la vida pensando que era el enemigo y que algún día tendríamos que combatirlo... ¿No es verdad, Helmud?
(Pressia e Il Capitano, página 262)




-Quédate en el coche pase lo que pase. Dispárale a todo lo que se mueva.
-Eso haré -afirma, aunque no sabe si podrá. Se sube al asiento del conductor y cierra la puerta.
-Si tienes que largarte, lárgate. Las llaves están en el contacto. Por mi no te preocupes.
-Preocupes.
-No se conducir.
-Es mejor tener las llaves que no tenerlas. -Apoya la mano en el capó y añade-: Ten cuidado. -Es evidente que Il Capitano se ha enamorado del coche.
(Pressia e Il Capitano, página 272)







Esto es todo por ahora, pronto escribiré la segunda parte  :)




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